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Alfredo Menéndez, Director de "Las Mañanas" de RNE, presentó ayer el nuevo libro del veterinario Manuel Enríquez, en un multitudinario acto en la sede del COVM

Menéndez describió la novela "Esa tal Dulcinea", como "una de las más divertidas que ha leído" y la recomendó encarecidamente a las más de 90 personas que acudieron al evento, ya que es "una obra de lectura fácil con diálogos hilarantes que seguro que hará al lector pasar un rato divertido"

Jueves, 12 de diciembre de 2013

Ayer tuvo lugar en la sede del Colegio de Veterinarios de Madrid, la presentación del libro Esa tal Dulcinea escrito por el veterinario Manuel Enríquez, que congregó a más de 90 personas en la sede del Colegio de Veterinarios de Madrid.

El autor presentó el año pasado en este mismo lugar la novela Cierra los ojos y mírame en la que el personaje protagonista, un invidente, era el reflejo de muchas de las experiencias personales de Manuel Enríquez, veterinario madrileño, que perdió la visión a los 40 años tras una larga enfermedad degenerativa ocular.



De izquierda a derecha: Virginia Lancha, Manuel Enríquez, José Luís Iglesias, Alfredo Menéndez y Daniel Martín

En este nuevo libro, Esa tal Dulcinea, intriga, acción y suspense se dan cita en una disparatada historia policial que atrapará al lector desde la primera línea y en la que la ágil pluma de Manuel Enríquez logra, con holgura, que el lector tenga la sonrisa asegurada a todo lo largo de la obra.


Más de 90 personas acudieron a la presentación de la nueva obra del veterinario y escritor

El acto fue inaugurado por el Secretario del COVM, José Luís Iglesias, que agradeció al autor el haber elegido de nuevo la sede del COVM para presentar su obra. También dirigió unas palabras al público asistente Daniel Martín, representante de la editorial ViveLibro, responsable de que la obra se encuentre en el mercado, que comentó que "Esa tal Dulcinea" es un libro con un toque muy particular que solo el autor puede darle y que tiene un poco de misterio, intriga y sátira.

La presentación del libro corrió a cargo del periodista Alfredo Menéndez (en la imagen derecha), Director de "Las Mañanas" de RNE -recién llegado esa misma tarde de Johannesburgo, de cubrir la información del funeral de Nelson Mandela-, que ha sido el que se ha ocupado del prólogo de la obra. Menéndez describió esta novela como "una de las más divertidas que ha leído" y la recomendó encarecidamente ya que es "una obra de lectura fácil con diálogos hilarantes que seguro que hará al lector pasar un rato divertido", dijo.

A continuación, Virginia Lancha, escritora y psicopedagoga, leyó dos fragmentos de la obradescribió  al autor como "una Agatha Christie mordaz".

Finalmente tomó la palabra el autor del libro, Manuel Enríquez (en la imagen inferior izquierda) quien, haciendo gala de su agudo sentido del humor, comparó las presentaciones de libros con los funerales ya que, dijo, "en ambos casos, todo el mundo habla bien del protagonista". Agradeció especialmente la labor del ilustrador del libro que ha hecho una portada atractiva que es lo primero que mira el lector.

Respecto al argumento, comentó que se le ocurrió a raíz de la canción "Ligia Elena" de Rubén Blades (VER VÍDEO), que se escuchó en la sala al comienzo del acto, que habla de una chica de la alta sociedad que se fuga con un trompetista negro.

En la novela "Esa tal Dulcinea", Doña Ana Ordaz Daza Farfán de los Godos y José Gómez Aguilar unos pintorescos marqueses de dudosa alcurnia, reciben una inesperada noticia que viene a perturbar la monótona vida de la pareja. Dulcinea, la vergüenza de la familia, una prima de Doña Ana que de joven se marchó a Colombia para casarse con un trompetista negro del cual estaba perdidamente enamorada, acababa de morir dejando como únicos herederos de una millonaria fortuna a nuestros nobles protagonistas.

Solamente tendrían que cumplir con su última voluntad: que sus restos descansaran en tierra española, lo que desencadenará un sin fin de situaciones tragicómicas, hilarantes, a cual más descabellada pero tan creíbles como la vida misma, y el camino hacia la ansiada herencia se verá minado por una desconcertante batería de contratiempos, intrigas y dudosos accidentes encarnados por una variada galería de personajes.

Enríquez comentó en la presentación que su objetivo era escribir una novela divertida, que nos ayude a olvidar la crisis, los problemas cotidianos, sin especiales pretensiones con lo que, si hace que el lector pase un rato divertido, el se da por satisfecho.

Al finalizar el acto, la bodega ecológica Luís Saavedra invitó a los asistentes a un vino español y el autor estuvo firmando numerosos ejemplares a los asistentes.